
Explora y descubre como tu Fuego interno activa tu vitalidad y energía
En algunos momentos parece que tienes claro lo que quieres y eso te genera una sensación de impulso para ir por ello, y durante el proceso vas sintiendo en algunas ocasiones fatiga, cansancio, como que no te sientes a tono, y sabes que necesitas recargar esa energía, en otros momentos también puedes vivir con mucha intensidad, y cuando llegas a tu meta ya no tienes ni fuerzas para celebrar al sentir que disminuye tu vitalidad, y en otras ocasiones pasa todo lo contrario, es tan potente lo que sientes que una vez finalizado tu proyecto, ya quieres iniciar el siguiente y celebras todo de principio a fin.
Así que te invito a que recuerdes las cualidades del Fuego, porque así fue que construí esta metáfora, como una invitación para la autoexploración y la vida consciente, y lo primero que aparece en el escenario es la manera como se enciende, ¿Cuál es esa chispa que enciende tu fuego?, esa que te hace vibrar, que intensifica tu foco, tu marcha, esa que te ayuda a permanecer comprometido para ir por lo que quieres y no claudicar ante los obstáculos y desafíos propios de la vida.
Al reconocer que la intensidad de tu fuego tiene transiciones de suave, medio, intenso a expansivo, podemos ir explorando si sólo eres consciente de esta característica cuando éste se torna intenso, quemando a su paso con tanto ímpetu desproporcionado que puede perderse en su propia intensidad, y que no logra regularse, impactando todo lo que encuentre sin tregua, perdiendo la visión y la dirección.
O por el contrario puede ser lento, suave un tanto débil, que no logra generar luz que, ante la llegada impredecible de una circunstancia, fácilmente se apaga y es absorbido por el miedo, aparece la oscuridad, las sombras y el poder se debilita, quedando en manos de algo externo que llegue para encenderlo nuevamente.
Reconocer lo que apaga tu fuego, un pensamiento repetitivo y devastador, que a lo mejor después de una equivocación o aprendizaje surge, o los pensamientos de autoexigencia, que dejan solo opciones en blanco y negro, cuando te abandonas después de una frustración y pierdes el control, de acuerdo con lo que esperabas que pasara, el solo hecho de reconocerlo puede hacer la diferencia.
Esta el fuego que se calienta con la presencia de otros fuegos, que siente ese magnetismo generado por la presencia de ese calor que emite una vitalidad radiante, su intensidad va cambiando en la medida que se van sumando, sintiendo que hay algo que los conecta y sostiene y se sirven unos a otros.
Y el fuego que se conecta con la pasión, con el calor ardiente, que se consume tan rápido que no alcanza a permanecer mucho tiempo.
Existe también el fuego alquímico, que sabe que está ahí con la misión de transformar, reconoce que no puede perder intensidad para convertir en cenizas lo que ya no sirve y dar lugar a nuevas posibilidades.
Y no podían faltar el fuego Sorpresa que, a pesar de estar entre las cenizas, se va encendiendo suavemente y con firmeza, con la certeza de estar en el momento y lugar indicado, que confía en sus cualidades, cambiando la oscuridad por matices de colores que van emergiendo en cada transición experimentada, agradecido por ese espacio en el que hoy la vida lo convoca.
Para la medicina China, el fuego está relacionado con la luz, el sol, el verano y la floración; con la alegría, el amor, el calor humano, la risa y con el sentimiento de felicidad.
Para el Yoga El elemento fuego está asociado con los centros energéticos, el tercer chakra, Manipura, que se encuentra a la altura del ombligo. Este elemento y el chakra están asociados con el calor, el poder, la fuerza, la pasión, la transformación y la digestión.
Muchas de estas características las exploramos de una manera segura a través del Movimiento Primordial, con ciertas posturas, sonidos, gestos y música; en Danza Primal, este elemento Fuego también lo asociamos con el Poder personal y las emociones, cada vez que te permites conectar con el cuerpo, mayores espacios se abren y se tornan disponibles para vivir una vida con sentido, con más expansión y autoregulación.
Así que la invitación es a que mantengas encendido tu fuego, que reconozcas sus efectos en tu vitalidad, que lo percibas en tu cuerpo, como si sintieras en cada poro de tu piel la expresión Sí, Ahora, Adelante, allá voy, aquí estoy, para que reconozcas el tipo de fuego que hoy necesitas activar y expandir para hacer más aquello que te da energía, reconocer los momentos en los que necesitas recobrar tu calor, suavidad e intensidad, que te permita sostener la energía, tuya y de otros.
Espero que esta metáfora sobre el fuego te haya inspirado, y que descubras cuál es tu fuego de HOY, y en qué áreas de tu vida necesitas activar algunos de estos fuego; por ahora te dejo con un fragmento de Eduardo Galeano Un Mar de Fueguitos- del Libro de los abrazos:
“No hay dos fuegos iguales.
Hay fuegos grandes y fuegos chicos y fuegos de todos los colores.
Hay gente de fuego sereno que ni se entera del viento, y gente de fuego loco que llena el aire de chispas.
Algunos fuegos, fuegos bobos, no alumbran ni queman; pero otros, otros arden la vida con tantas ganas que no se puede mirarlos sin parpadear, y quien se acerca, se enciende”.