Convierte tus experiencias en recursos para dirigirte hacia tus metas
Aprovechando esta época del año de inicios, de reinvención y con el propósito de que encuentres inspiración y actives tu mirada apreciativa que te lleve a la conquista de tus metas, te invito a que hagas una pausa generativa, como una oportunidad de conexión y reconocimiento de los aciertos y desaciertos, para recoger tus aprendizajes, y elegir aquellos que hoy pueden convertirse en tus recursos.
Lo primero que surge cuando iniciamos una nueva etapa, es plantearnos metas, así que lleva tu atención a lo que te gustaría vivir en este año 2020, construye esa imagen, si estuvieras en un vehículo ¿hacia dónde te diriges? ¿Qué nuevas rutas te gustaría descubrir? Elige esas coordenadas que te generen nuevas revoluciones en tu vida.
¿Qué te gustaría sentir cuando la consigas? ¿En quien te quieres convertir durante el recorrido y al llegar a tu meta? Y esto recréalo como si le estuvieras contando a tu mejor amigo al describirle esa escena ideal.
Ahora dirige tu atención a lo que viviste el año pasado y elige las experiencias que te gustaría repetir, las que quieres cuidar, por lo que representan para ti, una manera de activar el reconocimiento para decidir.
Fíjate en aquellas que te hacen sentir bien con solo recordarlas, focaliza tu atención en lo que esa experiencia despertó en ti, ¿Qué fue lo que activó de ti?
Desde luego también en este inventario puedes incluir aquellas experiencias regalo, que en un principio no podías determinar cómo podían salir las cosas, que hasta podían despertar prevención, resistencia, queja y en algunos momentos impotencia y que al paso de irlas viviendo se tornaron en oportunidades de aprendizaje y los resultados y conexiones superaron a lo esperado, y hoy son motivo de celebración pública o privada.
También trae a tu foco de atención aquellas experiencias donde hiciste todo lo que estuvo a tu alcance y lo que aprendiste fue aceptación.
Como nos recuerda Elsa Punset en su libro Felices “ Epicteto es un ejemplo de cómo superar la adversidad con su máxima “Algunas cosas dependen de nosotros y otras no” y nos muestra la lista de las cosas que no controlamos entre ellas, el jefe, los compañeros de trabajo, amigos, el tiempo, de igual manera expresa las cosas que si se pueden controlar: pensamientos y creencias, reacciones, decisiones y actitudes.
Así pues, Epicteto te invita a centrarte en esa zona interna para decidir cómo te va a afectar, qué importancia vas a darle y como te hace sentir, ahí radica tu libertad” Pág. 27
Cómo no podemos conducir solo mirando el retrovisor, como lo venimos haciendo al traer estas experiencias pasadas a tu campo de atención, tenerlas como referente siempre y cuando mantengas la atención puesta al frente , que es justo donde está ocurriendo el presente.
Y ahí también puedes tener una mirada fija, que no te favorece activar la visión periférica para incluir más elementos del paisaje, ¿qué estás dejando fuera de tu vista que te podría conectar mejor contigo, con los demás, con el paisaje y con tu meta?.
Cuando te haces consciente de la visión que logras cuando estas totalmente presente, te das cuenta de cómo te sientes, de qué ritmo llevas, al reconocer si estás a gusto en tu propia piel, y verificas si el camino que recorres te está llevando a tu meta.
Para ello es importante hacer la pausa para ajustar los espejos, mantenerlos limpios para que te ayuden a mejorar la visión, revisar como están esas alertas de temperatura, esas emociones que te acompañan y te dan impulso en lo que quieres, para dar lo mejor de ti e ir regulando para mantener la vitalidad a tono y sentirte fresco.
Además, estar atento a los estados de alerta para tener presente el aceite, que te permite mantenerte en movimiento, que puedas sentir suavidad cuando aparezcan roces entre las partes que se complementan.
Revisar también el nivel de la gasolina, que te de la suficiente energía para ponerte en marcha, e impulsarte y cuidarte para conservar las manos en el volante y recordar que está en tus manos, parar, continuar, adelantar o suavizar la marcha.
De Modo que estar en el volante reconociendo tus cualidades y por sobre todo tus potencialidades, con todo aquello que aún no has puesto en marcha, es definitivamente aprovechar todos los recursos, que puedes poner a tu disposición en conexión con el sentido y significado de ser contribución en acción.
Finalmente hace bien recordar que hay épocas de avance y retroceso propios de la vida, que invitan a estar en sintonía con la fuerza y el descubrimiento de los aprendizajes, así como con la solidez de propósito; y como expresa Eckhart Tolle “Cómo sería si aceptamos este momento como si lo hubiéramos elegido”.
Además de recordar vivir a la altura de tus capacidades, no de tus creencias para focalizar los recursos que te llevan a tus metas y activar las conexiones que despiertan.